La idea que está planteando el equipo de gobierno pasa por la remodelación de todo el tramo, cambiando saneamiento, abastecimiento, electricidad y fibra. Además, se dejará en reserva conducciones para agua regenerada y cámaras de videovigilancia en previsión de actuaciones futuras. En este sentido, Vías y Obras contempla en el proyecto la adaptación a la normativa del ancho de la acera para que llegue al metro y medio que exige la ley. Se procederá también durante los trabajos al anclado de los pinos para evitar que sus raíces vuelvan a levantar el acerado, como viene sucediendo en la actualidad, generando numerosos problemas, tanto a peatones en la zona como a sus residentes. El presupuesto estimado para esta actuación global sobre el terreno alcanzaría el millón y medio de euro con un plazo de ejecución aproximado de unos 9 meses, contando con poder empezar la obra a finales de 2025.